Escribo porque no se hablar

miércoles, mayo 18, 2005

El tiempo en la ventana

Y la vida volvió a retumbar en su oído... "No has hecho nada por mi"... Y una insignificante sonrisa burlona dibujo su rostro de concreto, mientras su cuerpo, inmóvil frente a esa ventana, decidía dar unos pasos buscando comodidad y evitar así rascarse un prurito que hace semanas crecía en su pierna izquierda.

Sólo existían en él algunos recuerdos que lo mantenían vivo...ayudados por el frio del ambiente que lo congelaban minuto a minuto en esta eternidad cotidiana de su absurda existencia.
y era así como su mente vivía por él, basada en recuerdos e imágenes que hoy parecían ajenas. Como aquella tarde de otoño en que su vida cambio realmente.
No le gustaba hablar de ello, simplemente porque era triste hacerla, y las lagrimas lo abandonaron hace mucho, sin embargo al conocerlo más, logré que hablará de su pasado.

Su voz delgada, extraña a ese cuerpo redondo que lo hacia imponente, era inconfundible sobretodo al hablar de su vida; Aunque realmente sólo hablaba de ella, de sus ojos camaleones que lo embrujaban incluso en sueños, porque era ella, esa mujer que creció a dos metros de su vida pero nunca la vio hasta que ella sonrió y sintió su aroma como parte de su oxigeno vital.

Fue sumamente extraño su cuerpo dejo de moverse, reírse o comer ...sólo pensaba y hablaba de ella.
No existían las escenas de amor clásicas, corriendo por la playa o mirando las estrellas, solo existía su rostro adornado por el negro de sus cabellos. Era todo lo que recordaba de ella, o tal vez era lo único que quería recordar, quien sabe....

A pesar de eso era capaz de dibujarla de mil maneras, como si sus manos la hubiesen creado, lo extraño era su faz al hacerla, no lo llenaba de felicidad sino lo hundían en el vació de donde nadie podía ya rescatarlo

Sólo una vez comentó algo acerca de un beso, al decir que un beso seria poco para ella otras veces oír de sus labios su nombre producía temor, era como
si al hacerla perdiera contacto con la vida y viviera de la nada.

El sol entraba a la habitación muy lentamente como con respeto a su soledad y lo encontraba siempre de pie mirando aquella ventana inmóvil, inerte...perdido

Pero sin embargo a pesar de tanto vació a su alrededor, de tanta soledad lo que había dentro de él no era rencor, sus ojos decían otra cosa, solo que era muy difícil entrar nuevamente en su vida, era realmente imposible.

Fue así que pude entender el porque de su actual vida, es que entre todos los recuerdos que lo habían marcado, fue el último el que lo postro ante aquella ventana.. Y fue la partida de aquella mujer de rostro de ensueño y ojos dormilones.

Su vida se había detenido esperando el regreso de ella a su vida pero este nunca se dio...pero estoy seguro él seguirá allí frente a esa ventana con su rostro de concreto, llenándose de prurito, inmóvil pero lleno de amor.

Un amor que nació a escondidas y seguirá así porque él ahora ya no existe en nuestro presente, se quedó atrás guardando todo aquello que significó importante y que era la razón de su vida. Aunque ciertamente él continua vivo y feliz disfrutando de esos recuerdos pero aislado del resto, esperando el momento, si es que se da, en que la vea volver por su ventana y todo seguirá normal como si el tiempo se hubiese detenido y no hubieran transcurrido 50 años y la vejez hoy presente sea sólo un recuerdo más y la vida no le reprochará que nunca hizo nada por ella, sino todo lo contrario...vivió amando más que nadie.