Escribo porque no se hablar

lunes, abril 17, 2006

lágrimas



... y tus lágrimas recorrieron mi cuerpo
mientras mis mejillas sentían aun
la dulzura de tu piel,
la suavidad de tu vida
y mi iris guardaba celosamente tu mirada perdida
y triste
mientras yo contaba los surcos de tus labios,
trece en total,
imaginando su sabor
a fresas o miel
como el aroma de tu piel.
Fueron segundos eternos
que se quebraron con tus palabras,
rompiendo la magia,
de un abrazo,
de un cruce de dedos,
de una caricia.
Pero estas aquí
en mi recuerdo,
en mi espacio
y puedo recordarte cuantas veces quiera.